Lo sé: usted es padre y quiere lo mejor para su hijo. Es por eso que es tan importante encontrar a alguien calificado que le brinde a su hijo la guía y la terapia que necesite cuando las necesite, ya sea porque el niño esté atravesando el divorcio de sus padres, la pérdida de un ser querido u otro evento no previsto que lo pueda afectar negativamente. La persona debe tener experiencia. La persona debe contar con la educación y las credenciales adecuadas. Tal vez de aun más importancia, quien quiera que elija debe ser alguien con quien su hijo se sienta cómodo para hablar. Por eso, si su hijo necesita de terapia o guía, escoger a la terapeuta indicada no debería de ser una decisión fácil de tomar. Debe ser una decisión bien pensada. Usted debe tener en cuenta varios factores, incluyendo:
- Credenciales– ¿Está registrada para ejercer en esta área? Estos son factores importantes que debe considerar porque no querrá que su hijo vea a alguien que no cumpla los requisitos necesarios.
- Experiencia– ¿La persona tiene experiencia trabajando con niños de la edad de su hijo o con familias de su clase social? Esto es importante porque, mientras que algunos profesionales pueden tener experiencia con niños urbanos de clase baja, pueden no tener experiencia con niños de clase media o alta.
- Agradable– ¿Tiene la personalidad para interactuar de manera cómoda con niños? Su hijo necesita considerar que la persona sea amigable y accesible; de lo contrario, la conexión personal estará limitada, lo que dificultará las sesiones.
- Disponibilidad– ¿Estará disponible esta persona en caso de emergencia? ¿Cuál es la disponibilidad de la persona? ¿Podrá ver a su hijo cuando su hijo tiene tiempo libre? Debe haber una coincidencia en los horarios de ambos.
- Especializaciones– ¿En qué tipos de métodos se especializa la persona? Debe haber una coincidencia también en esta área para poder obtener la ayuda correcta.
- Comunicación– Por ultimo, el profesional debe comunicarse de manera efectiva no solo con su hijo, sino también con usted como padre. De esta forma, usted se mantendrá al tanto de lo que le está pasando a su hijo y del tratamiento que está recibiendo. Esto puede darle la tranquilidad de saber que su niño está obteniendo el cuidado y la guía que necesita, especialmente si al principio dudaba en buscar este tipo de ayuda.
A medida que contemple las preguntas anteriores, es importante saber que se ofrece más de un solo método de terapia. De hecho, existen varios tipos. Por ejemplo:
- Terapia comportamental cognitiva– Este tipo de terapia es ideal para niños y adolescentes deprimidos, ansiosos o estresados. Funciona convirtiendo los pensamientos negativos en positivos. Este tipo de terapia es de ayuda en muchas situaciones además de las previamente mencionadas.
- Terapia psicoanalítica– Piense en este tipo de terapia como un “análisis de problemas”. Funciona mejor con niños más grandes porque involucra un análisis profundo de los problemas y brinda las soluciones correspondientes. El análisis también ayuda a los niños a aprender de los errores o situaciones para que puedan cambiar su forma de actuar y así evitar aquellos problemas que vuelvan a presentarse.
- Terapia individual– A menudo los niños solo necesitan hablar con alguien cuando sus vidas toman un rumbo equivocado. Es allí donde entra este tipo de terapia. Esencialmente, se trabaja individualmente con el niño en las áreas en donde necesita más ayuda. Este tipo de cuidado uno a uno ha demostrado ser muy beneficioso para ciertos niños.
- Terapia familiar– A veces la fuente del problema no es el niño, sino otros familiares. En este tipo de terapia, el profesional actúa como intermediario entre las partes conflictivas para que puedan resolver los problemas pendientes. También resulta útil en los casos cuando no existe un conflicto entre un niño y un padre, sino que el niño se siente más a gusto con la presencia de un padre en la sesión.
Si cree que su hijo se beneficiaría de la terapia, debería considerarlo.