En algún punto de su vida, puede necesitar ayuda para manejar la ansiedad y angustia emocional. Es en aquellos momentos cuando resulta más beneficioso el consejo de un consejero con experiencia y capacitación. Los consejeros profesionales lo ayudan a procesar las emociones fuertes, los impulsos y los comportamientos en un entorno confidencial y sin prejuicios.
Mediante la terapia, usted y su consejero trabajarán juntos para identificar y comprender la causa fundamental de sus problemas. Llegar a la raíz de sus problemas permitirá que su consejero le ofrezca alternativas para los comportamientos problemáticos y estrategias de afrontamiento a la hora de enfrentar algo estresante que está fuera de su control.
Además de otros problemas específicos, los consejeros profesionales están capacitados para encarar las fuentes más comunes de angustia emocional, tales como:
- Problemas emocionales
- Depresión y tristeza
- Abuso conyugal
- Ansiedad e irritabilidad
- La muerte de un ser querido
- Problemas interpersonales con amigos o familiares
- Trastornos de alimentación
- Adicción a sustancias
- Abuso sexual
- Estrés general o laboral
- Enfermedades crónicas o desafíos emocionales relacionados con discapacidad
- Cambios importantes en la vida
Es grave cualquier problema que afecte múltiples áreas de su vida, tales como la concentración en el trabajo y las relaciones interpersonales. Ignorar estos problemas solo agota sus fuerzas emocionales. Busque ayuda antes de sentirse abrumado por la angustia emocional o al borde de una crisis. Confíe en usted mismo. Si cree que sería beneficioso ver a un consejero, es probable que sea así.
Considere buscar consejería si sufre de cualquiera de los siguientes problemas:
- Más de una semana de infelicidad crónica
- Insomnio frecuente
- La tentación de pegar o dañar a un niño u otra persona a su cuidado
- El hecho de mandar a un ser querido a una residencia de ancianos o centro de cuidado alternativo
- La pérdida de algo significativo en su vida, tal como un puesto de trabajo, una mascota o un esposo
- Una enfermedad crónica o terminal
- La incapacidad para priorizar su vida como antes
- Estrés abrumador en el trabajo o en el hogar
- Pensamientos suicidas o autodestructivos
Una vida saludable es la que mantiene el equilibrio entre el trabajo, el aprendizaje, el amor y el juego. Al perder ese equilibrio, aumenta sus riesgos de estrés y comportamientos autodestructivos. No debe tener un trastorno mental para beneficiarse de la consejería. De hecho, la mayoría de los problemas de la vida son parte normal del desarrollo humano. Consultar con un consejero lo ayudará a encarar estos sentimientos de manera productiva, para que pueda centrarse en lo que realmente importa en su vida.